Fresas con nata al queso con nueces y reducción de Pedro Jiménez

Con el último cambio que le he dado a la cocina, el rincón que me ha quedado para hacer mis fotos y para disfrutar de los momentos gastronómicos más deliciosos, sin lugar a dudas irá con papel pintado. No solo está en total tendencia, sino que deja unos ambientes muy chulos, agradables y llenos de color. Romper con la típica pared de azulejos ya no es tan complicado y hay un sinfín de modelos para elegir. La mejor muestra os la dejo aquí

Solo tienes que elegir el modelo que más te guste, el modelo que mejor les venga a los colores de tu cocina, de tus muebles y sobre todo, el modelo que más se adapte a tus gustos y preferencias.

La cocina es el corazón de nuestra casa. El sitio donde se cocina los mejores platos, el rincón donde se escuchan los mayores secretos de quienes nos rodean, el castillo de los cocinillas de casa y sobre todo, el punto de reunión. Sí, sí, el punto de reunión porque, yo no sé en vuestras casas, pero en la mía, si hacemos un corrillo para charlar, cotillear, informar, ese sin lugar a dudas, es la cocina. Cuando de pronto me doy cuenta, están todos dentro de la cocina y yo, sin apenas espacio para andar por ella y poder cocinar tranquila.

Pues eso, el corazón de una casa y sin lugar a dudas, hay que tenerlo con mucha vitalidad, con mucho color, con mucha esperanza. Pues nada, colores en forma de papeles pintados. Quedará bien chula.

Y antes de que me vaya por las ramas, comenzamos con la receta de hoy. Una receta muy sencilla de preparar y que no requiere apenas cocinar. 

Solo vamos a montar una nata con queso por un lado, en nuestro robot eléctrico y el accesorio de varillas. Por otro lado, vamos a macerar unas fresas en un poco de Pedro Jiménez, un vino que le dará a nuestras fresas un sabor espectacular. Para terminar de montar el postre, un poco de nueces peladas y un poco de la reducción que haremos con le vino de haber macerado las fresas. 

Un postre espectacular que, disfrutado en un bonito rincón, sería ya el momento perfecto. Porque la perfección existe, ¡vamos que si existe!

• Lavamos las fresas y quitamos la parte verde.
• Cortamos las fresas en rodajas y colocamos en una bandeja bien extendidas.
• Cubrimos con el Pedro Jiménez y tapamos con papel films.
• Dejamos en el frigorífico unas cuatro horas. Si las dejamos de un día para otro, mejor aún.
• Escurrimos las fresas y dejamos en un colador. El Pedro Jiménez que hemos colado, lo ponemos en un cazo y llevamos al fuego para que reduzca hasta que quede espeso.
• Cuando lo tengamos espeso, dejamos enfriar.
• Montamos la nata, bien fría, junto con el queso y el azúcar. Deba de quedar bien montada.
• Ponemos la nata en una manga pastelera con boquilla rizada.
• En cada uno de los cuatro bols donde vayamos a servir los postres, ponemos una base generosa de la nata que hemos montado con el queso.
• Sobre la nata colocaremos las fresas, repartidas entre los cuatro bols o cuencos.
• Decoramos un poco con nueces peladas.
• Para terminar, solo nos queda poner unos hilos del Pedro Jiménez que hemos reducido y que debe de estar frío. A mi me resulta muy cómodo ponerlo en un biberón y así lo añado con cuidado y controlando mejor la cantidad que sale.

• Dejamos en el frigorífico hasta el momento de servir para que esté bien frío. Al ser nata montada y no nata en spray, nos aguantará bastante tiempo y así lo podemos tener preparado con antelación solo para sacar del frigorífico y servir.
• Esta misma receta la podemos hacer con fresas, fresones, frambuesas ect.
• El toque que le da el queso a la nata montada es algo que en casa nos gusta mucho y deja la nata montada con una textura mucho más densa. Si no quieres poner el queso en crema, solo tienes que montar la nata con azúcar y listo.
• Aunque podemos cambiar el Pedro Jiménez por cualquier otro vino dulce, la reducción luego no queda igual. La manera que tiene de espesar el Pedro Jiménez no la he conseguido con otros vinos dulces.