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Receta de Las mermeladas caseras más ricas que puedes preparar
Cuando pensamos en fruta siempre nos viene a la mente comerlas tal cual, que por cierto es como más saludables y ricas están. Pero lo cierto es que también tienen su hueco en la cocina y no solo en elaboraciones dulces sino también saladas. Una de las elaboraciones más populares con fruta en la que ellas son las auténticas protagonistas son las mermeladas, que se podrían definir como frutas cocinadas con azúcar y que generalmente se envasan en conserva para aguantar muchos meses en nuestra despensa.
Las mermeladas se pueden comprar ya hechas pero es todo un gustazo prepararlas en casa ya que el sabor queda mucho más potente, con frutas de temporada, elegidas de la mejor calidad y además puedes aromatizarlas como más te guste. Por eso he preparado este fantástico recopilatorio para que no tengas dudas sobre qué ingredientes y proporciones utilizar, con qué ingredientes aromatizar las mermeladas, cómo utilizarlas y conservarlas y por supuesto un listado con las recetas completas de las más ricas mermeladas que puedes preparar en casa.
Dime en comentarios cuáles son tus mermeladas favoritas y cómo sueles utilizarlas. Yo debo confesar que unas tostadas con mermelada de albaricoques me pierden y también me encantan la de ciruelas y la de calabaza para acompañar unas tortitas o unas crepes pero también algún canapé salado o un aperitivo con queso.
Ingredientes y proporciones para preparar mermeladas caseras:
El ingrediente principal siempre es una fruta, que en caso de tener cáscara se le quita (como las naranjas y la calabaza) y hay otras en las que es opcional, como es el caso de las ciruelas o los albaricoques por ejemplo. Se puede utilizar la cantidad que se prefiera y en función de eso añadiremos el azúcar en proporción. Eso si, si preparas mucha cantidad de una vez ten en cuenta que necesitarás más tiempo de cocción ya que se tiene que evaporar más cantidad de líquido.
El otro ingrediente imprescindible es el azúcar, ya que ayuda a que la mermelada quede con su particular textura y además actúa como conservante, de esta forma aguantan muchísimo tiempo como recién hechas. La proporción suele ser la mitad de cantidad de azúcar que de fruta aunque hay quienes añaden la misma cantidad de ambas cosas. Yo suelo tender a rebajar un poco el nivel de azúcar y, por 500 gr de fruta (ya sin pieles o pepitas si hay que quitárselas, tal cual se vaya a cocinar), utilizo 200 gr de azúcar, aunque las proporciones las indico en cada receta.
Por último y no menos importante está el zumo de limón. Lejos de utilizarse para dar sabor, su misión afecta a la textura ya que las frutas contienen pectina, que es una fibra natural presente sobre todo en su piel y ayuda a espesar las mermeladas y a que queden con esa particular textura de gel. Hay frutas con más o menos pectina, casi todas las que utilizo en este listado tienen altos niveles de pectina y para activarla se necesita ese chorrito de zumo de limón, que no es más que un elemento ácido que ayuda a que el resultado final quede con esa textura tan particular.
¿Y si aromatizamos las mermeladas?
Es fantástico aromatizar mermeladas y se pueden utilizar muchos ingredientes, destacando entre ellos las especias. Una ramita de canela, una vaina de vainilla, unos clavos o anís estrellado quedan genial y simplemente al final del proceso se retiran y listo. También se pueden utilizar estas mismas especias ya molidas y añado a la lista el cardamomo molido.
También se pueden aromatizar con cítricos, añadiendo piel de limón, de naranja, de pomelo o de mandarina, ya sea en un trozo grande para retirarlo al final o rallada finita para que forme parte de la mermelada. Eso si, intentando que no incluya la parte blanca interna porque amarga un poco.
Las mermeladas caseras más ricas que puedes preparar:
- Mermelada de naranja (amarga o no): es una mermelada muy popular, con un puntito ácido fantástico y muy intensa al prepararse casera. El truco para que sea amarga o no es súper sencillo, así podrás dejarla a tu gusto.
- Mermelada de albaricoques: mi tierra es de albaricoques (aunque cada vez menos, una pena) y para comerlos me encanta cuando están amarillos y todavía un poco verdes, pero para hacer mermelada me espero a recogerlos cuando están muy anaranjados y a punto de caerse, maduros y dulces, y la mermelada que se consigue es espectacular.
- Mermelada de manzana con canela: la manzana y la canela siempre funcionan de maravilla en cualquier tipo de postre y a la hora de preparar mermelada de manzana siempre la aromatizo con ésta especia o con cardamomo o con ambas.
- Mermelada de calabaza con canela: pues si, la mermelada de calabaza quedan fantástica, ya aporta su propio dulzor y es toda una delicia. De nuevo he aromatizado con canela aunque a la calabaza le sientan bien prácticamente todas las especias que he mencionado más arriba, incluso si se añadiera un poquito de cada una.
- Mermelada de ciruelas amarillas: es una de mis mermeladas favoritas para acompañar tostadas para el desayuno y queda espectacular. Puedes elegir si dejarle las pieles o bien retirarlas o triturarla, aunque yo siempre se las dejo porque quedan muy tiernas.
- Mermelada de moras, con o sin pepitas: aprovechando la temporada de moras me gusta cogerlas silvestres y preparar esta riquísima mermelada. Personalmente las pepitas me molestan un poco, así que si te pasa como a mi en la receta sabrás cómo quitárselas de forma sencilla.
- Mermelada de higos o brevas: diría que los higos son en sí mismos mermelada gracias a tu textura natural, pero si queremos conservarlos más allá de su corta temporada y disfrutarlos todo el año, nada mejor que preparar una mermelada con ellos.
- Mermelada de tomate: pues si, el tomate también es una fruta y con él se prepara una mermelada espectacular. Eso si, personalmente me encanta utilizarla con platos salados, acompañando quesos o foie sobre todo. De todas formas todo es echarle imaginación y os diré que queda espectacular coronando una buena tarta de queso.
Y muy emparentadas con las mermeladas están estas otras elaboraciones:
- Dulce de membrillo o carne de membrillo: el proceso es muy parecido al de la mermelada pero el resultado es más denso y compacto. Es un dulce fantástico para acompañar quesos o patés (con un buen Cabrales está increíble) y lo ideal es preparar una vez para todo el año.
- Coulis de fresa casero: el coulis consiste en cocinar la fruta y conseguir finalmente una especie de jarabe con un sabor bastante concentrado y con poco aporte de azúcar añadido. Con su textura es ideal para salsear platos, ya sean unas crepes o un plato de carne de cerdo o de pato, por ejemplo.
- Compota de manzana casera, con (o sin) azúcar: se trata de fruta cocida con un poco de azúcar, generalmente la manzana, y cuya textura podemos dejar grumosa o no y queda fantástica para acompañar o rellenar postres y dulces de todo tipo.
- Cabello de ángel de calabaza, un dulce exquisito: tampoco es una mermelada en sí pero el proceso para prepararlo es similar y, aunque la textura final queda en hebras, puede tener los mismos usos que cualquier otra mermelada. Eso si, al ser más consistente es fantástico como relleno de dulces, empanadas, hojaldres…
¿En qué recetas utilizarlas?
El uso más típico de las mermeladas es en tostadas para el desayuno, ya sea tal cual sobre el pan o sobre una capa de mantequilla. También queda genial extendida en unos estupendos crepes caseros o en unas tortitas americanas caseras, e incluso acompañando unos riquísimos y calentitos gofres o waffles caseros. Siguiendo con las opciones dulces, iría genial coronando coronando esta deliciosa tarta de queso al horno o una clásica panacota o panna cotta italiana. Igualmente pueden servir para cubrir y rellenar bizcochos y también magdalenas.
Y si nos pasamos al salado, queda ideal en canapés como estos crujientes de queso brie y pasta filo con dulce de membrillo casero, acompañando el foie gras micuit de pato casero, puede sustituir la cebolla caramelizada de estas hamburguesas caseras con queso de cabra o poner un toque dulce en estos blinis de nueces y albahaca con requesón y tomate seco.
También puedes mezclar un poco de mermelada con el aliño de la ensalada (si tiene una textura más bien fluida) para aportarle un ligero toque dulce. Quedaría ideal en ensaladas como la burrata con ensalada de higos, piñones y vinagreta de albahaca o a la ensalada de canónigos con queso de cabra, frutos secos y vinagreta de miel.
¿Cómo conservarlas?
Si quieres preparar una conserva de mermelada te recomiendo seguir una receta con estas pequeñas proporciones que indico y, si te gusta cómo ha quedado, lánzate a elaborar una gran cantidad para disponer de ella todo el año en tu despensa.
Una vez hecha, antes de que se enfríe échala en recipientes de cristal cerrados (no muy grandes para así tenerla dividida en porciones). Puedes dejarlos en la nevera (las mermeladas suelen aguantar perfectas varias semanas), en congelador (aguantan meses) o bien hacer conserva, que hace que puedas tenerlas en tu despensa durante 1 año o más.
Para guardarlas en conserva debes utilizar tarros esterilizados. Para ello, colócalos abiertos junto con sus tapas en una olla con un paño en el fondo y cubiertos de agua, pon el fuego fuerte y que hierva durante 2o minutos. Después, sácalos con cuidado (puedes ayudarte de unas pinzas) y ponlos boca abajo sobre un paño para que se sequen por completo.
Llénalos con la mermelada casi hasta arriba, ciérralos bien, ponlos de pie en una olla con un trapo debajo, cubre con agua y que sobre por encima, pon el fuego fuerte y que hierva unos 20-30 minutos para tarros como los que puedes ver en las fotografías, que no son muy grandes. Sácalos y ponlos boca abajo hasta que se enfríen, y así ya los puedes guardar en la despensa 1 año sin problemas.
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